La historia de Dijon se remonta a la época romana, cuando la ciudad era una importante fortaleza en la región de Borgoña.
Durante la Edad Media, Dijon se convirtió en la capital del ducado de Borgoña y alcanzó su máximo esplendor en los siglos XIV y XV, gracias a la influencia de los duques de Borgoña, que promovieron el arte y la cultura.
Durante la Revolución Francesa, fue uno de los bastiones de la resistencia realista, y sufrió varios enfrentamientos y disturbios. Sin embargo, la ciudad logró recuperarse y se convirtió en un importante centro económico y cultural en el siglo XIX.
Durante la Segunda Guerra Mundial, fue ocupada por las fuerzas alemanas, y sufrió importantes daños en los bombardeos aliados. Tras la guerra, la ciudad se reconstruyó y continuó su desarrollo económico y cultural.
Hoy en día, Dijon es una ciudad vibrante y moderna, que ha sabido preservar su rica herencia histórica y cultural. La ciudad cuenta con numerosos monumentos y edificios históricos, como el Palacio de los Duques de Borgoña, la Catedral de San Benigno, el Museo de Bellas Artes, entre otros.
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