Estrasburgo es una ciudad con una rica historia, que se remonta a la Edad Media.
Ubicada en la región de Alsacia, en el este de Francia, ha sido objeto de disputas entre Francia y Alemania a lo largo de los
siglos. El nombre de la ciudad deriva del término alemán "Straßburg", que significa "ciudad en la carretera", lo que refleja su importancia estratégica como centro comercial.
En la Edad Media, Estrasburgo se convirtió en una ciudad libre del Sacro Imperio Romano Germánico y se convirtió en un importante centro cultural y económico.
Durante la Reforma Protestante, la ciudad adoptó la fe luterana y se convirtió en un importante bastión protestante en Europa.
En el año 1681, Estrasburgo pasó a formar parte de Francia, pero luego fue anexada por Alemania en el año 1871 después de la Guerra Franco-Prusiana.
Fue devuelta a Francia después de la Primera Guerra Mundial.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Estrasburgo fue ocupada por los nazis y sufrió daños significativos.
Después de la guerra, se convirtió en un símbolo de la reconciliación franco-alemana y ahora es la sede del Parlamento Europeo, un testimonio de su importancia como centro de la Unión Europea.