El valle del Vézère, situado en el magnífico departamento de Dordogne en el corazón del Périgord, una región muy valorada por su patrimonio y su estilo de vida, se distingue por sus vestigios prehistóricos únicos en el mundo. Los lugares prehistóricos y las cuevas decoradas del valle del Vézère son Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1979.
Estamos en Périgord, región muy valorada por su gastronomía típica del suroeste, sus vertiginosos castillos y sus pueblos fuera del tiempo. Detrás de los misteriosos meandros del Vézère, que dejan descubrir todas estas riquezas, también se esconden cuevas fabulosas.
Hace 300.000 años, durante los períodos glaciares, las poblaciones humanas y animales de Europa del Norte se refugiaron aquí. El bello valle del Vézère se transformó en hábitat del hombre de Neandertal y del hombre de Cromañón.
Veinticinco cuevas decoradas con pinturas parietales
«La web prehistórica del valle del Vézère comprende 147 yacimientos que se remontan al paleolítico y 25 cuevas decoradas», explica el sitio web de la Unesco. «Presenta un interés excepcional desde un punto de vista etnológico, antropológico y estético, con sus pinturas parietales, especialmente las de la cueva de Lascaux, cuyo descubrimiento (en 1940) fue un hito en la historia del arte prehistórico.»
Los arqueólogos han descubierto en el valle huellas de actividades humanas muy antiguas, como objetos (sílex tallados), restos de comidas (osamentas), hogares, y a veces también sepulturas humanas. Permiten imaginar el modo de vida de nuestros ancestros.
Caballos, bisontes, uros, leones, renos, salmón…
Estos importantes yacimientos del valle del Vézère han dado su nombre a culturas del paleolítico: el musteriense (yacimiento de Moustier) o el magdaleniense (yacimiento de la Madeleine). Constituyen un conjunto de yacimientos prehistóricos excepcionales, repartidos en una cuarentena de kilómetros, a lo largo del río. Unos parajes que sorprenden al visitante por su gran calidad artística.
Las grandes obras maestras del arte prehistórico
Caballos, bisontes, uros, leones, renos, salmones… el bestiario del arte parietal permite ver el gran dominio de la ejecución, y un sentido estético desarrollado.
Las obras maestras del arte prehistórico descubiertas aquí son mundialmente conocidas: la Venus de Laussel o Venus del cuerno (conservada en el Museo de Aquitania en Burdeos), el Friso de los caballos, alto relieve del Cap Blanc (Marquay), y por supuesto la cueva de Lascaux (Montignac) y su Sala de los toros, su Divertículo Axial, considerado como «la Capilla Sixtina de la Prehistoria», o también su Divertículo de los felinos.
No se pierda
   En Montignac, Lascaux II, reproducción realizada para que el público pueda descubrir un patrimonio excepcional, ya que la cueva de Lascaux ha dejado de visitarse por razones de conservación.
   El museo nacional de la prehistoria en Les Eyzies-de-Tayac, capital de la prehistoria.
   A 3 km de Les Eyzies-de-Tayac, la cueva de Combarelles, mayor santuario de la cultura magdaleniense (unos 13.000 años aC), con un total de más de 800 figuraciones parietales, grabadas en su mayoría.
   A 1,5 km de Les Eyzies-de-Tayac, la cueva de Font-de-Gaume, que data del magdaleniense, unos 14.000 años aC, alberga más de 200 espléndidas pinturas polícromas.
   A 3 km de Les Eyzies-de-Tayac, el yacimiento de Laugerie-Haute, que data de 24.000 años a 14.000 años aC (industria ósea, objetos de arte, sílex tallados).
   A 13 km de Les Eyzies-de-Tayac, el yacimiento de la Ferrassie (- 40.000 a – 25.000 años aC) alberga sepulturas del neandertal y bloques grabados que constituyen las primeras manifestaciones de arte prehistórico.
   En Marquay, el refugio prehistórico del Cap Blanc alberga un magnífico friso esculpido.
