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El Panteón, historia de un templo republicano

La iglesia de Santa Genoveva, que Luis XV decidió construir con estilo neoclásico en 1744, es obra del arquitecto Jacques-Germain Soufflot. En 1791, este monumento se convirtió en Panteón, un lugar laico dedicado a honrar a los grandes hombres. Pero, a lo largo del siglo XIX, su función varió en múltiples ocasiones.

En el año 507, el rey Clodoveo I fundó una basílica dedicada a Santa Genoveva, patrona de la capital y de la monarquía, en el lugar en el que hoy se encuentra el Panteón. Era una iglesia destinada a convertirse en mausoleo de la dinastía merovingia. Esta primera construcción de madera fue remplazada por otros edificios, como la iglesia de estilo gótico destruida a principios del siglo XIX.
La promesa de Luis XV

En 1744, el rey Luis XV prometió construir una iglesia dedicada a santa Genoveva si lograba sobrevivir a la grave enfermedad que sufría. En 1755, encargó a Jacques-Germain Soufflot diseñar un prestigioso edificio en la cumbre de la montaña Santa Genoveva destinado a acoger la tumba de la santa. El rey colocó la primera piedra el 6 de septiembre de 1764 a los pies de un trampantojo de tamaño natural de lona y madera que representaba el edificio. Soufflot aspiraba a competir con la basílica de San Pedro de Roma o la catedral de San Pablo de Londres. El peristilo monumental estaba inspirado en el Panteón de Agrippa de Roma.

La guerra, las dificultades económicas, las polémicas sobre la solidez de su cúpula y la posterior muerte de Soufflot, en 1780, retrasaron la construcción, terminada diez años más tarde por los compañeros de Soufflot. Para entonces, ya había estallado la Revolución francesa.
La decisión de la Asamblea Revolucionaria

Tras la muerte de Mirabeau, gran orador de la Asamblea Nacional y cabeza del Tercer Estado, el 2 de abril de 1791, los diputados plantearon la construcción de un templo que albergara las tumbas de los grandes hombres. «Un nuevo edificio destinado a recibir las cenizas de los grandes hombres, a partir de la época de nuestra libertad», declaró la Asamblea Nacional, única capacitada para decidir a qué grandes hombres concedía este honor. Además de Mirabeau, realizaron excepciones con grandes hombres fallecidos antes de la Revolución, «tales como Descartes, Voltaire o Rousseau», precisa la Asamblea.

El 1791, el edificio perdió su vocación religiosa y Francia pasó a tener su propio Panteón.

Durante el Primer Imperio, el edificio conjugó su papel de lugar de inhumación de los grandes hombres con el de lugar de culto. Con la Restauración de los Borbones (Luis XVIII y Carlos X) y durante el Segundo Imperio, el inmenso santuario volvió a destinarse al culto cristiano. La inscripción del frontón -«A los grandes hombres, la patria agradecida»-, grabada por vez primera en 1793, fue eliminada pero volvía a dominar el célebre edificio cada vez que éste recuperaba su calidad de edificio laico. Las esculturas representadas en el frontón, la decoración interior y el peristilo evolucionaron constantemente a lo largo del siglo XIX. La Monarquía de Julio restableció el linternón monumental que coronaba la cúpula y que había sido suprimido durante la Revolución. En 1871, el Municipio de París, alzó una bandera roja en la cúspide del edificio. La cruz colocada a día de hoy en la parte superior del edificio fue construida en 1873, durante el Orden moral, en un momento de transición política.

El Panteón se convirtió en templo cívico de forma definitiva en la Tercera República, en 1885, para el funeral de Víctor Hugo.
Los grandes hombres presentes en el Panteón de la Tercera, Cuarta y Quinta República
Tercera República

1885: Victor Hugo, escritor, enterrado en el Panteón en 1885.
1894: el presidente de la República francesa, Sadi Carnot, asesinado en Lyón por un anarquista, es inhumado en el Panteón justo después de su asesinato.
1907: Marcellin Berthelot, químico y político.
1908: Emile Zola, escritor y autor del célebre Yo acuso que marca un giro en el Caso Dreyfus.
1920: Léon Gambetta, político republicano. Ese mismo día, son trasladados al Panteón los restos del soldado desconocido.
1924: Jean Jaurès, político y fundador de la SFIO (Sección Francesa de la Internacional Obrera) asesinado en vísperas del comienzo de la Primera Guerra mundial.
1933: Paul Painlevé, matemático y político.
Cuarta República

1948: Paul Langevin, físico.
1949: Adolphe-Sylvestre-Félix Eboué, nacido en Cayenne, diputado de la Francia colonial.
1949: Victor Schoelcher, político y figura destacada de la lucha por la abolición de la esclavitud.
1952: Louis Braille, profesor e inventor del sistema de lectura para ciegos, inhumado en el Panteón en el centenario de su muerte.
Quinta República

1964: Jean Moulin, importante combatiente de la Resistencia interior. André Malraux pronuncia en este momento su famoso discurso.
1964: René Cassin, jurista, resistente, premio Nobel de la paz, propulsor de la Unesco y uno de los padres de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
1988: Jean Monnet, economista y padre del concepto de Unión europea, inhumado en el Panteón en el centenario de su muerte.
1989: el abad Baptiste-Henri, conde Grégoire (1750-1831), eclesiástico, senador y conde del Imperio, partidario de la concesión de la ciudadanía francesa a los judíos y de la abolición de la esclavitud.
1989: Gaspard Monge, matemático y fundador de la Escuela Politécnica.
1989: Jean-Antoine de Caritat, marqués de Condorcet, filósofo, político y matemático.
1995: Pierre y Marie Curie, físicos, premios Nobel de física.
1996: André Malraux, escritor y ministro de Culture.
2002: Alexandre Dumas, escritor.
2007: los Justos de Francia, homenaje solemne de la Nación a los franceses que salvaron a miles de judíos durante la Segunda Guerra mundial.
2011 : Aimé Césaire, poeta, político y fundador del movimiento literario de la negritud.






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