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El Arco de Triunfo

En París, en el centro de la plaza de l'Étoile, el Arco de Triunfo luce orgullosamente sus dos siglos de historia. Con su terraza panorámica y sus esculturas del siglo XIX, es uno de los monumentos más visitados de la capital.

De 50 metros de altura y 45 metros de largo, el Arco de Triunfo despliega su imponente silueta en la extremidad oeste de la famosa avenida de los Campos Elíseos. Ya deseado en 1806 por Napoleón I, para celebrar la gloria de los héroes de la guerra, el Arco de Triunfo, fue inaugurado treinta años más tarde, por el rey de los franceses Luís Felipe, quien lo dedicó a los ejércitos de la Revolución y del Imperio. Entre ambas fechas, la construcción del monumento vive diversos imprevistos, que cada cual podrá descubrir al visitar el museo del Arco de Triunfo. Instalado en el interior del edificio, éste propone animaciones multimedia que permiten, en particular, entender la historia del monumento y admirar de más cerca las esculturas menos accesibles.

Símbolo patriótico

Monumento histórico, el Arco de Triunfo también representa un símbolo patriótico. Desde 1921, a sus pies se encuentra la tumba del Soldado desconocido de la Primera Guerra Mundial. Para conmemorar su memoria, y más ampliamente a todos los soldados muertos en combate, una llama del Recuerdo brilla en su tumba desde 1923. Tradicionalmente, se reaviva cada día a las 18:30.

Una terraza panorámica

Además de sus esculturas, su museo y su llama eterna, el Arco de Triunfo reserva una ventaja muy apreciada por los visitantes en busca de un poco de altura: una terraza panorámica. Situada en la parte superior del monumento, ofrece una vista inexpugnable de la capital, del museo del Louvre hasta la gran Arca de la Défense. Además, constituye un lugar privilegiado para admirar la organización en estrella de la plaza Charles de Gaulle, más conocida por su antiguo nombre de plaza de l'Étoile (Estrella), y las doce avenidas que parten de la plaza.

No se lo pierdan

    la tumba del Soldado desconocido y la llama eterna;
    los detalles y esculturas que abarcan escenas de la Revolución y del Imperio y, en particular, la más famosa de entre ellas, Départ des volontaires dit la Marsellaise [la Salida de los voluntarios llamada la Marsellesa];
    el museo de historia del monumento;
    la vista panorámica de la terraza;
    la avenida de los Campos Elíseos.

 






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