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Castillo de Azay-le-Rideau

En el corazón de la Touraine, el castillo de Azay-le-Rideau está edificado en una isla en medio del Indre. Esta joya del Renacimiento francés fue construida bajo el reinado de Francisco I. Del majestuoso parque a la inglesa, disfrutamos de la magia de las fachadas de piedra cincelada que se reflejan en el agua.

Rodeado por los brazos del Indre, el castillo fue construido entre 1518 y 1523 por el alcalde de Tours y tesorero del rey Francisco I, Gilles Berthelot y su esposa, Philippa Lesbahy. Se trata de una obra maestra del primer Renacimiento francés. El edificio conserva una forma en L, tras una interrupción de las obras[].

Descrito por Balzac como “un diamante tallado en facetas, engastado en el Indre”, Azay-le-Rideau es uno de los más fascinantes castillos del Loira.

Relativamente pequeño, el cuerpo de vivienda se estructura en torno a un cuerpo principal y un ala en escuadra, cuadriculados por bandas horizontales, rodeadas por el Indre y por un parque arbolado. Cada ángulo está dotado de una torrecilla.

Una escalera de honor excepcional

El centro del edificio está indicado por la entrada monumental, así como por la escalera de honor, con rampas rectas que desajustan el ritmo de las ventanas: dispone, en efecto, de tres niveles de ventanales geminados que forman logias y un frontón decorado, descentrado, con respecto a la red de ventanas del resto del edificio.

Esta escalera de gran valor decorativo se compone de varios ornamentos a la moda italiana: columnas, pilastras, conchas, medallones, etc.

La puerta de entrada se inspira de los arcos de triunfo romanos.

Muy rico mobiliario y decoraciones interiores

El interior sigue siendo aquel de un castillo del Renacimiento italiano, con sus ricas decoraciones esculpidas, en las que siguen presentes rasgos del Renacimiento flamenco con tapicerías del siglo XVI y XVII, mostradas en varias estancias del castillo.

El interior está formado en particular por varios salones y apartamentos de gala, cuya mayoría ha sido redecorada en el estilo neorrenacentista en el siglo XIX.

El “Espejo encantado”

Los jardines actuales han sido profundamente remodelados en el siglo XIX, por los propietarios de la época, quienes los rediseñaron en un gran parque paisajístico, a la inglesa. En el sur y en el oeste, están dotados de dos espejos de agua, en los que se reflejan las fachadas. En el parque, al caer la noche, “El Espejo encantado” les ofrece un espectáculo inédito.

 

Para profundizar

El sitio Internet de los Monumentos Nacionales

Oficina de Turismo del país de Azay-le-Rideau

 






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